Descripción

Alguien, un hombre o una mujer, no se sabe, recuerda los eventos de su vida. Pero, irritantemente, no se revela nada personal. Se habla de patrones de comportamiento y de errores inevitables.

«Yo nací. He sido inscrito en el registro de nacimientos. He envejecido.» Lo que comienza tan inocente, de repente cambia: «Me he vuelto responsable. Me he vuelto culpable». Un comienzo en la confrontación con fuerzas de poderes más altas y más bajas.

Las críticas de Handke, en parte divertidas y en parte amargas, se originaron en los años sesenta en el contexto de títulos hablados como el más famoso «INSULTOS AL PÚBLICO».  Lúdicamente, Peter Handke manda a su protagonista a confesarse y lo lleva a autoincriminarse, tal como los regímenes totalitarios. De esta manera muestra la proximidad del catolicismo y el comunismo y analiza los hipócritas conceptos sociales de la culpa, incluso en su propio medio: «¿Contra qué leyes de teatro he pecado? Esta confesión sólo puede ser escuchada por el público en el teatro.